Nuestro Palacio Real se alza donde nació nuestra ciudad, allá por el siglo IX. Con el transcurso del tiempo, se fue transformando en villa medieval. Y el antiguo alcázar musulmán acabó por convertirse en residencia oficial de los reyes de la dinastía de los Austrias.
La pena fue que en diciembre de 1734, ya con los Borbones en el trono, el Alcázar se quema y se pierde para siempre. Madrid necesitaba un nuevo Palacio Real. Fue durante el reinado de Felipe V cuando comenzaron las obras. Será su hijo Carlos III quien lo estrene. Amante de lo clásico, las decoraciones pompeyanas y las porcelanas, sienta las bases para que el Palacio Real sea hoy un gran museo de artes decorativas. Esto nos permitirá sumergirnos en el gusto de las épocas representadas por los objetos expuestos.
En esta visita tendremos frente a nosotros a nuestra historia, que nos hablará a través de las 650 piezas expuestas, de las más de 170.000 que Patrimonio Nacional tiene inventariadas. Así será desde las armaduras, pinturas y tapices de los Austrias a los objetos decorativos más caprichosos de la pomposa corte de los Borbones.
También contemplaremos el rostro de algunos de nuestros monarcas, cuyo gesto nos servirá para interpretar los gustos del momento y lo que acontecía en su época. Quizá alguno de ellos nos invite a subir a su carruaje para que le contemos cómo es el futuro. O a sentarnos en un precioso diván circular donde poder hacernos confidencias en un buen tono decimonónico. A lo mejor nos permiten desplazarnos con ellos a alguno de los Reales Sitios. ¡Y sin salir de Madrid!
Visitaremos juntos un espacio histórico que no solo fue monasterio, sino también un importante centro de poder político. Y es que sirvió de residencia al emperador Carlos V y a su esposa, Isabel de Portugal. En él nació su hija Juana, que acabó comprando el palacio, para transformarlo en convento, una vez viuda del que iba a convertirse en rey de Portugal. Os contaremos su triste historia.
No te pierdas esta visita y sumérgete en uno de los espacios imprescindibles de Madrid.
La completaremos con un recorrido histórico por al Madrid de los Austrias.
El escenario que rodea al Monasterio la Encarnación nos regala la tranquilidad que tantas veces echamos en falta en nuestra ciudad. Su elegante y sencilla fachada es lo primero que llama la atención, por la pureza y limpieza de sus líneas. La responsable de su construcción es Margarita de Austria, esposa de Felipe III. Dice la historia que, ordenando esta construcción, la reina quiso conmemorar la expulsión de los moriscos de 1609.
Tras la visita, recorreremos el Madrid de los Austrias.
Sobre uno de nuestros cerros más castizos, el de San Blas, encontramos el “Real Observatorio Astronómico”, magnífico ejemplo de arquitectura neoclásica, así como de ligereza y belleza. Ha llegado el momento de visitarlo por dentro. Tras ello, haremos un pequeño recorrido por "El paisaje de la luz" para situarnos en el contexto en que nace este espacio científico en nuestra ciudad.
Este majestuoso palacio, que se alza discreto en la Calle de Santa Isabel, nos acerca al Madrid decimonónico. Construido como residencia de uno de los miembros del Consejo de Fernando VII, fue pasando de unos a otros hasta que, entre 1847 y 1849, María Francisca de Asís, marquesa de Fernán-Núñez lo transforma y le da el aspecto romántico que hoy luce. Sus elementos nos hablan de lujo y exclusividad: alfombras de la Real Fábrica de Tapices, lámparas de cristal de Murano o sedas y colgaduras de la más alta calidad. Entre sus estancias destacan el Salón de Baile, el Salón Isabelino o el Comedor de Gala. Hoy día es la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. No sólo visitaremos el palacio; también recorreremos la zona que lo rodea.
Decía Ítalo Calvino que la ciudad contiene su pasado escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos.
Para nosotros, son las personas las que, a lo largo de los siglos, han ido escribiendo la historia de las ciudades, a base de tomarlas como decorado en el que vivir sus vidas.
Es por ello que, en este recorrido, queremos presentarte a algunos habitantes de Madrid que, a lo largo de sus vidas, han ido dando forma a nuestra ciudad. Y que, además, tienen algo especial. Cogidos de su mano, pasearemos por nuestra historia.
En esta ocasión, nos disponemos a explorar ese Madrid del Romanticismo tan relacionado con la figura de Larra, quien pronto destacará entre los jóvenes burgueses que, cargados de curiosidad intelectual, se muestran dispuestos a expresar sus ideas acerca de su sociedad, a la que consideran falsa y decadente.
Nuestro protagonista hará su mayor aportación a través del periodismo. A través del mismo describirá la sociedad y volcará un importante trabajo sociológico.
Si quieres que te contemos mucho más sobre Larra y su tiempo, te proponemos que nos acompañes en una ruta que incluirá una visita a la Iglesia de Santiago, donde exploraremos el lugar donde yació el cuerpo sin vida de nuestro protagonista, una vez que se quitó la vida en la cercana Calle de Santa Clara.
Lo que os proponemos con este nuevo recorrido es un viaje en el tiempo de la mano de Galdós. Con él, daremos un largo paseo por Madrid.
A través de sus novelas, es fácil introducirse en ese Madrid en construcción, sentirse inmerso en la sociedad decimonónica y verse rodeado por rentistas, especuladores, marqueses arruinados y endeudados hasta las cejas, burgueses enriquecidos, inmigrantes de otras provincias en busca de una vida mejor o mujeres que buscan su sitio en aquel nuevo ámbito urbano.
¿A qué estás aguardando? Los personajes de Galdós ya te esperan, con la mano tendida, para introducirte en el universo galdosiano.
"Parva propia magna, magna aliena parva" son las líneas que aparecen en la casa de Lope de Vega. Significan: “Lo pequeño, siendo mío, me parece grande y pequeñas, por no serlo, las grandes cosas de los demás.” Quizá entrando en su antigua morada y viendo el aspecto de los muros que lo inspiraron, le veríamos el sentido a esta frase.
Tras visitar la casa de Lope, os hablaremos de Quevedo, que vivía muy cerca. Y no nos olvidaremos del maravilloso Cervantes.
Resulta de lo más interesante, dentro de la historia medieval de Madrid, estudiar la figura de nuestro patrón, San Isidro, personaje de lo más castizo. En esta visita os hablaremos de Isidro Merlo, que así se llamaba el santo. Nació en el siglo XI y vivió en las inmediaciones de la Plaza de la Paja, donde estuvo al servicio de los Vargas, para quienes desempeñó labores de labriego y de pocero. Se casó con una humilde campesina llamada María, quien se convertiría en Santa María de la Cabeza.
Entre los milagros que se la atribuyen, destacaremos el del manantial de agua o el del pozo.
El caso es que hay mucho que decir sobre San Isidro y la época en la que vivió en nuestra ciudad. Así que, tras una reflexión inicial acerca de su persona, viajaremos en el tiempo por nuestra ciudad, en busca de sus huellas.
La Calle del Águila, la de las Aguas, la Real Colegiata de San Isidro, las cuadras del santo y la Catedral de la Almudena nos esperan.
¿Sabías que en Madrid ya había tabernas en la Edad Media? ¿Y que no cerraban sus puertas hasta las dos de la mañana? ¿O que los personajes habituales de estos establecimientos eran, en su mayor parte, prostitutas, ladrones y trasnochadores varios?
Pues si además de todas las respuestas a estas preguntas, quieres saber lo que es un chigre o un “meatilas”, te proponemos que vengas con nosotros a pasear por las calles de Madrid, en esta ruta en la que, además de descubrirte su historia, presentarte sus tabernas más antiguas y contarte sus particulares historias, haremos por la vida probando tapas y sus correspondientes “bajativos”.
En Madrid hay fantasmas. Sucesos inexplicables, algunos de lo más romántico y legendario, nos hablan de ellos en las mismas calles que nosotros pisamos día tras día. Te invitamos a conocer las historias de fantasmas y de casas encantadas más truculentas, divertidas e interesantes de nuestra ciudad. Los fantasmas pasean por Madrid y están deseando hablarnos de su historia. ¿Los acompañamos?
Te animamos a que nos acompañes en este recorrido si lo que quieres es hacer una inmersión muy distinta en nuestra historia.
Te desvelaremos interesantes secretos de la sede del antiguo Tribunal de la Inquisición, de la Plaza de Oriente, de la Calle del Sacramento, de Puerta Cerrada y de la antigua Cárcel de la Villa, de la Iglesia de Santa Cruz, de la Plaza de Tirso de Molina, de la Calle de la Cabeza o del Centro de Arte Reina Sofía.
NO ES NECESARIO HABER HECHO, CON ANTERIORIDAD, LA 1ª PARTE DE ESTE RECORRIDO,
YA QUE SON INDEPENDIENTES Y LAS HISTORIAS QUE OS CONTAREMOS NO SON CORRELATIVAS.
Nuestros pasos nos conducirán a la primera sede del Tribunal del Santo Oficio en Madrid y al inmueble donde se ubicó el Consejo de la Santa General y Suprema Inquisición. Hablaremos de sus cárceles y quizá nos dejen asomarnos a una de ellas. Os mostraremos dónde vivió uno de los Inquisidores Generales a quien llegaría a retratar nada menos que El Greco. Os enseñaremos dónde residió una curandera juzgada por la Inquisición. Lo que son las cosas: ¡hasta tiene una calle en Madrid! Por cierto... ¿creéis que se llegó a carbonizar a gente en la Plaza Mayor?
Ha llegado el momento de seguir explorando el Madrid de la Inquisición. Nuestros pasos nos conducirán al lugar donde tres herejes sufrieron tormento y al escenario de un Auto de Fe en el que se condenó a once reos. También os mostraremos dónde vivía el primer ejecutado en la Plaza Mayor de Madrid y os relataremos el espeluznante caso de unas monjas poseídas por el diablo.
Os contaremos lo que era un sambenito y os mostraros uno de los lugares de emplazamiento de las hogueras de la Inquisición.
NO ES NECESARIO HABER HECHO, CON ANTERIORIDAD, LA 1ª PARTE DE ESTE RECORRIDO.
En este recorrido te presentaremos las anécdotas más macabras, sorprendentes y curiosas de nuestra ciudad, como la que conecta a Capas Seseña con la Cibeles.
Entre otras cosas, hablaremos de Pedro Muñoz Seca, quien se atrevió a tomar el pelo al pelotón que iba a fusilarlo, de los tiempos en que los epitafios debían ser aprobados por el Obispado o de la calle en la que se fabricaba un eficaz producto de limpieza con la ceniza obtenida de la combustión de los cuerpos humanos en las hogueras de la Inquisición.
Si una noche de invierno un viajero hubiera llegado a cierto oscuro callejón, quizá se habría tomado a broma las advertencias de los vecinos. Quién sabe si por allí caminaba algún asesino armado de un cuchillo de esos que brillan limpios antes de hundirse en las vísceras de sus víctimas. En algunos casos, la historia nos indica que lo mejor habría sido que hubiera dado media vuelta y se hubiera marchado por donde vino.
En este recorrido, pediremos al calendario que, por una oscura vía, nos abra las puertas del pasado. Y os hablaremos de crímenes, y de sucesos misteriosos que tuvieron lugar en nuestra ciudad.
Hubo una vez un adinerado galán, frecuentador de la noche madrileña, que allá por 1957 escondía un macabro secreto. Confiaba tanto en su posición que cometió un grave error. Una mañana de verano cogió su traje, todo cubierto de sangre de las víctimas que acababa de asesinar a sangre fría, y lo llevó a una tintorería de la Calle Orense. Allí no se creyeron que semejante sangría procediera de una trifulca, como nuestro protagonista les dijo. Les faltó tiempo para llamar a la policía. Seguro que ya sabéis que os estamos hablando de Jarabo, quien pasaría a mejor vida sentado en el garrote vil. Eso sí; un hombre de su nivel social no podía hacerlo sino vestido de manera elegante y oliendo a colonia cara. ¡Qué chulería!
¡Y qué decir de los amores de la infanta Isabel, más conocida como la chata! La casaron con un auténtico gafe. Por cierto, ¿conoces las famosas “judías a lo tío Lucas”?
Anímate a acompañarnos en este poco usual recorrido por nuestra historia, en el que nos adentraremos en el Retiro y sus alrededores, en busca de los crímenes históricos que más impacto causaron en la sociedad, de los amores más sonados y de las recetas de cocina más conectadas con el devenir de lo sucedido en otros tiempos.
Nuestro Parque del Retiro es uno de los lugares más emblemáticos y característicos de Madrid. Ha llegado el momento de acercarnos a sus orígenes y de desvelar sus secretos.
Os hablaremos, por ejemplo, de que Isabel II quiso que se colocasen puestos en los que servir bebidas. También os mostraremos dónde se emplazaba la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro y os diremos con qué fin se creó el Palacio de Cristal. Y el de Velázquez. No dejaremos de hablaros del famoso estanque, en el que, en 1907, llegó a tener lugar la botadura de un barco a vapor.
Como si hiciésemos un viaje en el tiempo y diésemos un paseo de la mano de quienes la habitaron o recorrieron, haremos una inmersión en la Casa de Campo. En ella, os hablaremos de sus construcciones ya desaparecidas, como cenadores, casas de labor, fuentes, puentes, una iglesia y hasta un cementerio. También del momento en el que fue abierta al público y de cuando fue una finca que sirvió, entre otras cosas, como reserva de caza de los reyes.
Así que, si te animas a sumergirte en este parque urbano de más de 1.700 hectáreas y declarado Bien de Interés Cultural en 2010, allí te esperamos para descubrirte este gran pulmón que tenemos en Madrid.
En 1875 se piensa en higienizar el espacio urbano de Madrid mediante un parque con el que combatir la insalubridad de la que llegó a ser llamada "ciudad de la muerte". La burguesía del momento pensaba que, con ello, las clases trabajadoras serían más útiles pudiendo pasear y disfrutar del aire y del sol que no tenían en los habitáculos donde se hacinaban. En este recorrido os contaremos su historia.
Quizá por lo poco idílico que resulta estar enmarcado por la M-30, sea el Parque de la Fuente del Berro uno de los lugares de esparcimiento menos conocidos de Madrid. Su historia va unida a lo saludables que resultaban las aguas del manantial que hoy le da nombre. En un principio estuvo vinculado a la Casa Real, que durante siglos disfrutó en su mesa de tan preciado elemento. De hecho, Mariana de Austria no quería saber nada de otras aguas que no fueran las de la Fuente del Berro.
Fue abierto al público en 1953. Desde entonces, ha experimentado distintas transformaciones que os contaremos el día del recorrido.
Francisco de Goya y Lucientes es uno de los pintores españoles más completos, con sus abruptos contrastes y sus repetidas rupturas. Afortunadamente para los que admiramos su arte, pintó muchísimo y pasó por períodos de auténtica fiebre creadora.
Muchas de sus pinturas están repartidas por Madrid y es por eso que hemos decidido añadir esta actividad en la que os presentaremos la vida del pintor y en la que os hablaremos de las claves para interpretar sus obras. Te animas a acompañarnos mientras recorremos los pasos que ha seguido la obra de Goya en Madrid? Visitaremos la Ermita de San Antonio de la Florida y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
¿Quieres saber quién era “la Tirana”? O ¿por qué Goya retrató a Manuel Godoy, con esa postura tan característica, tras ganar la "Batalla de las naranjas"? Si es así, no dejes de acompañarnos en esta actividad.
¡La UNESCO ha añadido Madrid a su lista de Patrimonio Mundial!
Los dos valores que nuestra ciudad contiene, a juicio de esta importante institución, es su excepcionalidad y singularidad. Y estas características están más que presentes en nuestro Paseo del Prado, desde su comienzo hasta la Fuente de Cibeles, en el Parque del Retiro y en el Barrio de los Jerónimos.
Si te animas a recorrer la zona con nosotros, estamos seguros de que descubrirás muchas cosas. Por ejemplo, que este eje proyectado por los Borbones supuso una auténtica revolución urbanística, ya que fueron capaces de unir al urbanismo los valores de la Ilustración.
El Real Jardín Botánico de Madrid fue inaugurado en 1781 por Carlos III, quien se tomó muy en serio modernizar y embellecer la ciudad de Madrid. Los madrileños, pese al esfuerzo realizado, se quejaban de tener la ciudad patas arriba mientras se pavimentaban y comenzaban a iluminarse sus calles. Ante ello, Carlos III solía comentar: “Los madrileños son como los niños pequeños; lloran cuando les cambian los pañales”. Visitaremos este espacio creado por los botánicos Gómez Ortega y Tadeo Lope y por el arquitecto Sabatini. Tras ello, recorreremos el Paisaje de la Luz, haciendo una reflexión de la razón por la que hoy alberga a este Real Jardín Botánico.
Ha llegado el momento de que os enteréis de dónde y cómo se funda Madrid. El siglo IX estaba llegando a su fin y los responsables son los musulmanes. Aún tendrán que pasar doscientos años para que lleguen las tropas cristianas.
En este mágico recorrido pasearemos en compañía de nuestro fundador, Mohamed I. Nos daremos un garbeo con las tropas de Alfonso VI. San Isidro no andará muy lejos. Ni Ruy González de Clavijo, aventurero capaz de marchar de viaje a Samarcanda para entrevistarse con Tamerlán. Si lo que quieres es empezar a sumergirte en la historia de Madrid, ven con nosotros y te contaremos cómo eran las cosas hace unos cuantos años que, si bien se mira, tampoco son tantos.
Ya es hora de os contemos en qué momento Madrid se convierte en capital. Y no solo de que os hablemos de ese momento o de las circunstancias que llevaron a Felipe II a declarar sede de la Corte a nuestra ciudad en 1561.
Lo que queremos es que te des una vueltecita con nosotros por los doscientos años en que los Austrias ocupan nuestro trono. Y es que, a lo largo de ellos, hubo casi de todo: esplendor, ruina, elegancia, sordidez, crímenes e intrigas palaciegas. Y hasta unos asuntillos que podrían haber ocupado muchas portadas en la prensa del corazón, si es que ésta hubiera existido en los siglos XVI o XVII.
Si quieres que te expliquemos cómo se transforma Madrid tras convertirse en una flamante capital imperial éste es tu recorrido.
Los Borbones llegan a nuestro trono tras doscientos años de reinado de los Austrias, a quienes, como se casaban entre ellos para ir anexionando territorios al imperio, las cosas les fueron fatal. Y el pobre Carlos II, víctima de tanta endogamia, murió sin descendencia. Todos miraron entonces a un joven de gusto exquisito: Felipe d’Anjou. Comienza entonces una nueva etapa de nuestra historia. Los Borbones llegan con pelucones, casacas de seda y serán los responsables de que se abran calles anchas con las que dar un aire de grandeza y majestad a la Villa y Corte, entre otras reformas. Falta hacía; seamos sinceros…
En el siglo XIX Madrid luchaba por dejar de ser el poblachón manchego del que habló Mesonero Romanos para convertirse en una moderna metrópolis europea. Es entonces cuando se industrializa y se construyen edificios industriales de calidad y belleza tales que pueden ser considerados artísticos. Así, complejos fabriles, mercados o estaciones de ferrocarril muestran una cara nunca vista hasta entonces. Os hablaremos de todo ello, mientras recorremos el barrio de la Arganzuela., auténtico laboratorio de transformación industrial o, incluso, sala de máquinas de nuestra ciudad.
Esta vez nos proponemos llevarte de la mano por ese Madrid de 1912, en el que pasaron tantas cosas, como por ejemplo, la muerte de Menéndez Pelayo, el asesinato de Canalejas, el hundimiento del Titanic, el peculiar eclipse anular-total, el abandono de la alcaldía de Madrid por parte de Francos Rodríguez, el crimen de las cabelleras rubias, el fracaso de la aventura de Scott en la Antártida y la construcción del Hotel Palace de Madrid. Ese Madrid del eclecticismo, que la nueva burguesía recorría con orgullo y firmeza.
¿Creíais que esta época chispeante, emplazada entre las dos grandes guerras, no tuvo su influencia en Madrid? Pues estabais equivocados. ¡Vais a ver qué sorpresa os lleváis!
Os hablemos de la Bauhaus y del imperio de la geometría de Le Corbusier, quien decía: “Siempre he dicho a los que la temen que la geometría es ardiente”. Iremos en busca de esa geometría en nuestra ciudad, en la que, aunque a primera vista no lo parezca, es de lo más geométrica y art déco. Así, comenzaremos nuestro recorrido haciendo referencia a los años veinte del siglo pasado, cuando la geometría, las decoraciones futuristas, los rayos y los zigzags aparecen en escena. Es tiempo de Jazz, de glamour, de búsqueda de lo moderno, de obsesión por el diseño, de días de cine, de diseño de aviones, semáforos y gasolineras, de automóviles elegantes o de materiales como el cromo y el acero inoxidable.
En este recorrido os hablaremos de los mil días en que nuestra ciudad estuvo sitiada y asediada. Mil días en que Madrid hubo de adaptarse a su nueva situación. Poco a poco, los madrileños fueron adoptando nuevas costumbres, como correr por las calles y bajar a los refugios para guarecerse de las bombas, como fumar cáscaras de patata o como hacer largas colas para recoger la ración correspondiente de lentejas.
Pero a pesar de todo, o quizá por ello, los madrileños resistieron con fuerza e incluso con sentido del humor. Si no, ¿cómo se explica que un grupo de milicianos se llamase a sí mismo “Los feos de Pinto”? ¿O que una empresa utilizase la siguiente frase publicitaria: “CON LADILLINE, LAS LADILLAS ¡NO PASARÁN!”.
Por cierto; ¿sabíais que en los primeros días, la guerra se vivió en la capital como si fuera una fiesta popular? ¿Y que los milicianos volvían a dormir a sus casas, tras luchar en el frente? ¿Y que los madrileños salían, a veces, del teatro entre bombardeos? ¿A que tampoco habíais reparado en que, con casi todos los hombres en las trincheras, fueron las mujeres las que, al final, hicieron posible que la ciudad siguiera en pie?
Si quieres comprender el desarrollo de nuestra ciudad en las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX, te animamos a que nos acompañes en este paseo. Tras la Guerra Civil era urgente reconstruir el país. Surgen entonces debates sobre qué estilo adoptar. ¿Colosal, según los deseos del nuevo régimen? ¿Nacional, para exaltar los valores patrios? Sin embargo, los planes más ambiciosos chocaban con la realidad: España estaba hecha jirones. Pese a todo, había que ponerse en marcha para construir una capital digna de aquel tiempo. La autarquía lo requería.
Recorrido meramente histórico en el que conoceremos lugares con presencia nazi en aquel Madrid comprendido entre 1939 y 1945, como la la oficina de la Gestapo en Madrid. Os hablaremos de algunos nazis que visitaron nuestra ciudad, como Himmler (aquí lo tenéis, en la Plaza de Toros de Las Ventas). No olvidaremos a los protagonistas de la resistencia antinazi ni lugares como Embassy, punto de encuentro de los servicios de inteligencia de países contrarios a los nazis.
En esta ocasión nos disponemos a develar algunos de los secretos mejor guardados de nuestra ciudad. Así, te proponemos que exploremos juntos el Madrid subterráneo.
Fíjate en todo lo que visitaremos: la estación de Metro de Chamberí, la antigua Fuente de los Caños del Peral, escondida junto al Metro de Ópera y una de nuestras atalayas islámicas medievales, oculta bajo la Plaza de Oriente.
Así que, si os apuntáis, os hablaremos de ese Madrid oculto y poco visitado. Y ya sabéis; de Madrid… al subsuelo, con un agujerito para verlo (con unas gafas de Ulloa Óptico, si hace falta).
Empezaremos nuestro recorrido por la Real Basílica de San Francisco el Grande, uno de los mejores edificios del Madrid del siglo XVIII. Único por su historia, su inigualable cúpula, por su planta fuera de lo común o por su magnífica colección de arte.
Nuestra siguiente será el hospital más antiguo de Madrid: el de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Fundado en el siglo XVII, cuenta con un auténtico tesoro artístico. Pero aún quedan sorpresas, como el Laboratorio Municipal, de 1902. Finalizaremos en la última residencia del pintor Zuloaga, donde murió en 1945.
En esta ocasión queremos mostraros este vecindario tan castizo al que los madrileños solemos llamar Malasaña. Aquí sucedieron muchas cosas importantes de nuestra historia, como el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra los franceses. Y fue aquí donde la Movida Madrileña de los ochenta campó a sus anchas.
Os hablaremos de los orígenes de la calle Fuencarral, con su truculento crimen, del lugar donde vivieron Simón Bolívar y Cánovas del Castillo, de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, del Humilladero de la calle Fuencarral, de la calle de la Farmacia, de la Bodega Ardosa y del lugar de residencia de Mengs. Seguiremos con las historias del Tribunal de Cuentas y del Hospicio.
Viajaremos a la Venecia del Renacimiento de la mano de este magnífico pintor que vivió el resurgir de las artes de las antiguas Grecia y Roma. En tal ambiente, Tiziano empieza a recibir encargos de las clases sociales más favorecidas. Éstas, apasionadas por la realidad, demandan un nuevo naturalismo. Clientes de la talla del duque de Ferrara o del mismísimo Felipe II quedarán rendidos afrente al trabajo de este genio, siempre innovador en su aproximación a la realidad.
Tiziano retrata a seres humanos que respiran, palpitan y sienten un gran apego por la realidad que los rodea. Sin dejar de acudir a las fuentes de la Antigüedad en busca de inspiración. Con él, la mitología parece renacer.
Te proponemos sumergirte en su universo pictórico, donde los seres humanos se muestran como aliados de la naturaleza. Desde la fuerza sugestiva de su “Venus de Urbino” al gesto serio del emperador Carlos V justo antes de participar en la batalla de Mühlberg.
Aunque llevan siglos mirándonos desde la tela en la que fueron concebidas, Las meninas no se acaban nunca. Tal es la fuerza de esta obra maestra que, lejos de permanecer inmóvil, no para de cambiar con el paso del tiempo. Quizá la responsable sea Mª Agustina de Sarmiento, que empieza a hacer una reverencia mientras fija la vista en el espectador. O Isabel de Velasco, que ofrece un recipiente de color rojo a la infanta Margarita. Bien sabe que su composición ferruginosa, en contacto con el agua, es justo lo que la hija del rey precisa para aliviar sus padecimientos. “¡El rey…! ¡Cielos, el rey!”, parece decir Maribárbola, que, a nuestra derecha, nos mira con gesto de haberse quedado petrificada al verse en presencia de quienes acaban de irrumpir en escena. Felipe IV y Mariana de Austria también nos miran, pero desde el espejo en que un día se reflejaron. Por su parte, Velázquez, con gesto de maestría, parece reflexionar. Quizá ya sepa que Las meninas reaccionarán siempre con sutileza a la atmósfera que las envolverá en cada época que atraviesen. En esta visita descubriremos que con Velázquez nunca se ha descubierto todo. Su misterio es infinito. Y su pincelada, inigualable. Siempre tiene algo nuevo que mostrarnos. Lo disfrutaremos juntos.
Nadie como Goya para pintar los múltiples rostros de la melancolía. Ni para denunciar las duras condiciones de vida de las clases menos favorecidas. Ni para dar testimonio de lo que veía a través de su arte. Ni para hacernos ver que, por mucho que sus importantes clientes insistieran en querer mostrar colorismo folclórico y luminosidad artificiosa, en España había muchas sombras.
Goya es un virtuoso en técnicas y materiales. Su paleta se irá oscureciendo para expresar lo que su cabeza no parará de crear. A borbotones, con repetidas rupturas y contrastes abruptos.
Un día compró una casa que decoró con unas oscuras pinturas que aún nadie comprendía. “Las pinto para mí”, se dijo. No sabía que, en realidad, las pintaba para nosotros. Te proponemos sumergirte en la pintura de uno de nuestros grandes genios: Francisco de Goya y Lucientes.
Si os rodeáis de belleza y de arte, la fealdad del mundo jamás podrá abrasaros el corazón. Nuestro periplo comenzará en la Edad Media y su arte románico. Casi dos horas después nos colocaremos frente a la mujer saliendo del baño, inmortalizada por Rosales en el siglo XIX. Viajaremos a la Venecia renacentista, de la mano de Tiziano. Y regresaremos a Madrid para presentar nuestros respetos a los Austrias, que nos observarán con gesto severo y lejanía. ¡Menos mal que Velázquez será nuestro embajador ante Felipe IV! Saludaremos a Goya, quien nos introducirá en la intimidad de su casa de la Quinta del Sordo, antes de asomarnos a los salones burgueses de los Madrazo.
Haremos un recorrido por las obras de los grandes maestros, donde aparecen plantas que eligieron para aportar simbolismo a la historia que querían contarnos. Será como si paseáramos por el paisaje que los artistas vieron hace siglos y que, gracias a la magia del arte, sigue siendo frondoso. Os hablaremos de ese alhelí que en un momento de la historia creció en un muro de piedra o de esas pequeñas flores que hace siglos iluminaron los caminos. Observaremos momentos deliciosos del pasado, como el de los hijos de Fortuny, aquella tarde en la que jugaban en el salón de su casa un juego con el tiempo que aún hoy no ha terminado.
Las grandes obras del Museo del Prado cuentan muchas historias. A través de ellas podemos pasar de sentir escalofríos ante una sangrienta decapitación a deleitarnos con la siesta que una bella escultura lleva siglos echándose.
Algunos cuadros nos invitan a recorrerlos centímetro a centímetro. Otros nos obligan a verlos desde lejos para poder captar toda su esencia.
Hay veces en que, al contemplar una pintura, al mirar ese color azul, tan mágico, tan atractivo, simplemente decimos “¡Cuánto me gusta esto!”. Ese es el misterio del arte.
Nos pondremos frente a algunas de las obras más extraordinarias de Patinir, Orazio Gentileschi, Mateo Bonucelli, Velázquez, Carreño de Miranda, Herrera Barnuevo, Goya, Alma Tadema.
Pocos artistas fueron capaces de dar tanta vida a las estatuas como Mariano Benlliure. Sus piezas se reparten por las calles de Madrid, dándonos la impresión de que llegó a ser capaz de pintar con el cincel. Tal es el realismo de sus obras.
Hablaremos de la Restauración borbónica, en la cual se vive una fiebre escultórica sin precedentes. Y es que, en tal contexto histórico, marcado por una nueva estabilidad política e institucional, se hacía necesaria una campaña propagandística que incluyese estatuas que glorificasen el amor patrio, así como el ensalzamiento de ciertos personajes de nuestra historia.
En esta ocasión, hemos hecho una selección de azulejos, entre los muchos que componen los nombres de las calles de Madrid, para pasear a vuestro lado. Así que recorreremos vías serpenteantes, contándote su historia y, también, sus anécdotas. No sólo os hablaremos de los azulejos a los que nos referíamos, sino que, además, lo haremos de sus personajes más ilustres.
Nuestras paradas serán: Puerta del Sol, Calle Mayor, Calle Arenal, Plaza de Celenque, Calle Bordadores, Calle San Martín, Calle Hileras, Calle de las Fuentes, Calle de los Donados, Costanilla de los Ángeles, Calle de la Priora, Calle de las Conchas, Calle Trujillos, Calle de las Veneras, Calle de las Navas de Tolosa, Calle de la Ternera, Calle Preciados y Cuesta de Santo Domingo.
Hoy queremos llevarte con nosotros a visitar este majestuoso palacio, hoy sede de la Real Academia de Ingeniería. Fue la residencia de José Álvarez de Toledo y su esposa, María Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la famosa duquesa de Alba que tan bien retrató Goya. En su decoración decimonónica participó el gran Arturo Mélida Alinari.
VISITA EXCLUSIVA Y GRATUITA PARA LOS MIEMBROS DE EMPIRIA FOS, NUESTRA AGRUPACIÓN CULTURAL.
En 1582, durante el reinado de Felipe II, se creó la Academia de Matemáticas de Madrid, su predecesora. Surgió de la convivencia de los cosmógrafos con los arquitectos, ingenieros civiles, artilleros e ingenieros militares al servicio del monarca.
En la iniciativa pesó la preocupación por fomentar la enseñanza de las matemáticas con vistas a sus aplicaciones de carácter pragmático, tales como el cálculo mercantil, la fundamentación de la cosmografía, la astrología, la navegación o la construcción.
VISITA EXCLUSIVA Y GRATUITA PARA LOS MIEMBROS DE
EMPIRIA FOS, NUESTRA AGRUPACIÓN CULTURAL
En este precioso y desconocido museo, una amplia colección de piezas relacionadas con la historia de la actividad aseguradora nos acercarán a este campo. Cuenta con objetos desde el siglo XVIII hasta nuestros días; placas antiguas que identificaban los edificios asegurados contra el riesgo de incendios, antiguas ordenanzas de seguros, pólizas, o carteles y folletos publicitarios. ¡No os perdáis la triste póliza de aseguramiento de esclavos o la historia de la campanilla de la Lloyd's!
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EMPIRIA FOS, NUESTRA AGRUPACIÓN CULTURAL
Quizá no hayas visitado aún nuestro interesante y desconocido Museo. Cuenta con más de 25.000 piezas que dan buena cuenta de la historia del continente americano. Parte de ellas proceden del Real Gabinete de Historia Natural, creado por Carlos III en 1771 en el edifico que hoy alberga al Museo del Prado.
Su sede se alza en un emplazamiento privilegiado, rodeado de árboles, muy cercano a la Ciudad Universitaria. Dado que iba a acoger al museo, el edificio se proyectó neocolonial, con su interior organizado en torno a un patio interior ajardinado. Al más puro estilo de las misiones de ultramar. Tendremos el privilegio de ser guiados por este interesante lugar. ¡Te esperamos!
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El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco recibió unos cuantos encargos encaminados a irle lavando la cara a Madrid, en su lucha por convertirse en flamante capital del Estado liberal. Así, de su mano, irían apareciendo el Palacio de Velázquez o el Palacio de Cristal, ambos situados en el Parque del Retiro, o el Palacio de Fomento.
En esta visita nos centraremos en otra de sus obras: la Escuela de Minas. Su origen está en la Academia de Minas, creada en 1777 en Almadén, por impulso de Carlos III. Se traslado a Madrid en 1835 y ocho años más tarde contará con sede propia, en la calle de Ríos Rosas. Visitaremos el interior de la Escuela de Minas y podremos disfrutar tanto de su arquitectura como de su interesante museo geo-minero.
VISITA EXCLUSIVA Y GRATUITA PARA LOS MIEMBROS DE
EMPIRIA FOS, NUESTRA AGRUPACIÓN CULTURAL
Creada por un flamenco en el siglo XVI, la Fundación Carlos de Amberes es un pedazo de Flandes en el corazón de Madrid. Sus salas dan cabida a obras de arte maravillosas y su biblioteca alberga preciados volúmenes.
En esta ocasión, te proponemos visitar este lugar tan poco conocido de nuestro Barrio de Salamanca, del que, de manera adicional, te contaremos alguna que otra curiosidad.
VISITA EXCLUSIVA Y GRATUITA PARA LOS MIEMBROS DE
EMPIRIA FOS, NUESTRA AGRUPACIÓN CULTURAL
Alfonso doce de plata
rueda en la moneda blanca
de corcho y hoja de lata,
mi cuerno de la abundancia.
Me gasté en el bar del Palace
¡mis monedillas de agua!
Estos versos hacen referencia al sablazo que un joven Lorca, en compañía de Buñuel y de Dalí, quiso dar al dramaturgo Claudio de la Torre. Los jóvenes, que se habían conocido en la Residencia de Estudiantes, pasaban con frecuencia la tarde en el bar del Hotel Palace, donde gastaban un dinero que no tenían. Un día, viendo que ya no les quedaba nada en los bolsillos y que Buñuel tenía que viajar a Zaragoza, decidieron pedir al camarero un pedazo de papel, en el que poder encomendarse a la generosidad del mencionado dramaturgo, que era amigo suyo. Y Lorca lo hizo en forma de verso.
Lorca experimenta un estallido de creatividad en los años que pasa en Madrid. De todo ello, además de anécdotas como la que acabáis de leer, os hablaremos en esta visita. Tras encontrarnos en el número 96 de la Calle de Alcalá (última vivienda de Lorca en Madrid), donde haremos una introducción, nos desplazaremos en Metro hasta la Residencia de Estudiantes, que visitaremos.
Algunos barrios de Madrid cuentan con auténticos tesoros escondidos que, seguramente, aún no habéis descubierto. Así, vecindarios como Carabanchel o Vallecas albergan iglesias importantes y sorprendentes. Tal es el caso de Santa María de la Antigua, situada en Carabanchel. Se trata de un templo románico-mudéjar, alzado en el siglo XIII y declarado bien de interés cultural. Por lo que parece, San Isidro venía a rezar a este lugar y aquí protagonizó dos de sus milagros: el del lobo y el de la hogaza de pan. Antes de salir del barrio de Carabanchel, os mostraremos la histórica Colonia de la Prensa, construida en el siglo XX como primera colonia vacacional para periodistas de toda España. Ya veréis qué sorpresa os lleváis.
Nos desplazaremos en Metro al Pueblo de Vallecas, donde nos estará esperando la iglesia de San Pedro Ad Víncula, diseñada por Juan de Herrera en 1600. El gran Ventura Rodríguez le añadió una torre que hoy se alza majestuosa. Su interior cuenta con un precioso lienzo de Francisco de Rizzi, pintor de la corte de Carlos II. Aquí fue bautizado Juan de Malasaña, héroe de la lucha frente a los franceses.
¡Anímate y ven con nosotros! Que hay que conocer los distintos barrios de Madrid e ir más allá de la calle Mayor y de la Gran Vía.
La Gran Vía es una de las vías más emblemáticas de la capital. Sus obras comenzaron en 1910, por impulso de Alfonso XIII, quien se había tomado muy en serio transformar Madrid en una auténtica metrópolis europea, al mismo tiempo que contribuía a su embellecimiento. Las obras fueron inauguradas por el propio monarca, que cogió una piqueta y se lió a dar golpecitos en una pared que había que derribar. Nadie sabía entonces que nuestra Gran Vía iba a ser la primera calle de la villa y corte en contar con aire acondicionado en uno de sus edificios. Corría el año 1933 y el elegido sería uno de sus buques insignia: el Edificio Carrión.
Pero nuestra anécdota favorita es ésta: un frío día de enero de 1928, un toro se escapó cuando lo estaban trasladando y, por unos instantes, sembró el terror en la Gran Vía. Hasta que el torero Diego Mazquirán, que en ese momento estaba dándose un paseo por allí, puso orden, a golpe de capote. Y es que el diestro “Fortuna”, como se conocía al matador, se dispuso a lidiar a aquel morlaco. A falta de espada para rematar la faena, ¿sabéis qué arma utilizó? ¡Pues un sable que alguien sacó del “Centro Cultural de los Ejércitos”! Y ahí precisamente queríamos llegar, ya que finalizaremos nuestro recorrido con una visita al interior de este precioso edificio.
Quizá, paseando por las cercanías de la Estación de Atocha, te hayas fijado en el precioso edificio que aquí te presentamos. Se trata del antiguo Ministerio de Agricultura y hoy forma parte del de Fomento. Es uno de los mejores ejemplos del estilo ecléctico en Madrid.
Aparte de la visita al interior del palacio, aprovecharemos para hacer una reflexión sobre el Madrid de los Borbones y para recordar las aportaciones que la dinastía borbónica hace a la ciudad de Madrid. Pero seguiremos hablando de todo ello el día de nuestra visita.
Te animamos a que nos acompañes a dar un paseo por algunos de los escenarios donde transcurrió la novela de Camilo José Cela titulada la Colmena. No es necesario que la hayas leído, pero si lo has hecho, mejor, ya que así podrás verte involucrado en la historia y acompañado por los personajes.
En nuestro recorrido, pasearemos por algunas de las calles que sirvieron de escenario a esta obra de nuestro Premio Nobel. Descubriremos, por ejemplo, el lugar donde se emplazaba el café que la inspiró. Hablaremos de sus personajes, leeremos fragmentos y os contaremos acontecimientos históricos que acaecieron en ese Madrid. Hemos escogido los siguientes enclaves: Glorieta de Bilbao, con una interesante sorpresa incluida, Metro de Bilbao, Cine Bilbao, Calle Fuencarral (¿Habéis oído hablar del aterrador suceso que fue titulado “El crimen de la calle Fuencarral”? Pues… os lo contaremos, con pelos y señales), Calle San Bernardo, Gran Vía, Calle de la Cruz, Carrera de San Jerónimo, Calle del Prado.
Nuestro Teatro Español, antiguamente Teatro del Príncipe, está rodeado de historia. Se fundó en 1565, como corral de comedias, tras ser autorizado por Felipe II. El monarca dictó orden de que la recaudación fuese entonces entregada a Cofradía religiosa de la Sagrada Pasión. Así que teatro e iglesia caminaron de la mano en los corrales de comedias. Pero preferimos contarte más curiosidades del Teatro Español y de la zona que lo rodea el día en que lo visitemos. También haremos un recorrido por la zona, centrado en el teatro.
Este palacio, situado entre las calles Huertas y Príncipe, forma parte de la escena madrileña desde el siglo XVI. No obstante, fue ampliado y reformado en profundidad en el siglo XVIII. Entonces, el afamado arquitecto Pedro de Ribera aportó su especial toque barroco, notable, sobre todo, en la puerta, que podría considerarse su auténtica firma en piedra. Y es que su propietario en aquel momento, Juan Francisco de Goyeneche, marqués de Ugena, decidió invertir parte de su fortuna en la rehabilitación de su residencia, sin escatimar gastos. Imaginamos que, como banquero que era de Felipe V y de Isabel de Farnesio, no tuvo ningún problema económico para encargar la construcción de una de las residencias más elegantes del Madrid la época.
El inmueble quedó en manos de la familia Goyeneche hasta 1874. En ese año, el duque de Santoña, don Juan Manuel de Manzanedo, comprará el inmueble y le dará el nombre por el cual lo conocemos hoy día. En el siglo XX, el palacio de Saldaña sirvió de residencia al político José Canalejas, que hoy descansa en el Panteón de Hombres Ilustres.
Queremos mostraros el Museo de Antropología, al mismo tiempo que os contamos su historia. No dejaremos de hablaros de su fundador: el Dr. Pedro González Velasco, que vivió en Madrid durante el siglo XIX. Enérgico y de gran tesón, pasó su vida volcado en el trabajo. Había nacido en Segovia, en el seno de una humilde familia de labradores y, buscando un porvenir mejor, emigró a Madrid. Acabó siendo Catedrático de Universidad. Sus clases, abarrotadas de estudiantes deseosos de aprender, se impartían en el antiguo Hospital Clínico de San Carlos, hoy Centro de Arte Reina Sofía.
Nuestro hombre siempre estuvo muy comprometido con la sociedad y con la educación, por lo que no dudaba en gastar gran parte de su sueldo en viajes a lugares lejanos, donde adquiría conocimientos, además de piezas etnográficas y antropológicas. Soñaba con llegar a fundar algún día un museo, que pondría al servicio de la ciudadanía. En él, se exhibirían los hallazgos realizados y los objetos recolectados por él mismo. Comienza así, en 1873, la construcción de un edificio en el que pretendía dar cabida a su museo. El estilo elegido fue el neoclásico y la fachada del museo es lujosa y monumental. Será inaugurado un veintinueve de abril de 1875, como Museo Anatómico, por el mismísimo Alfonso XIII. Pronto pasaría a denominarse Museo Antropológico. Por lo que parece, el rey pidió entonces a Velasco que le dijese cuál era su mayor deseo. Sin dudar ni un instante, el galeno respondió: “¡Que me concedan cadáveres para enseñar a los vivos!”.
Es posible que la Plaza de la Villa de París sea uno de los rincones más evocadores de Madrid. Quizá, si has paseado por ella, hayas visto las magníficas estatuas dedicadas a Fernando VI y a su esposa portuguesa, Bárbara de Braganza. Muy cerca de ellas se alza un edificio majestuoso: el Tribunal Supremo, cuyo interior te vamos a mostrar. Quizá te preguntes qué tiene que ver la sede del Tribunal Supremo con estos monarcas. Pues mucho, ya que ocupa dependencias que formaron parte, en su día, del Palacio y Convento de las Salesas Reales, fundado por doña Bárbara en el siglo XVIII. Os contaremos las curiosidades y los acontecimientos que rodearon su construcción. Aparte de recorrer el interior del Tribunal Supremo, aprovecharemos para hacer una reflexión sobre el Madrid de Fernando VI y para recordar sus aportaciones a nuestra ciudad.
Quizá, al pasar por la confluencia entre las calles de Fortuny y de Eduardo Dato, te hayas fijado en este precioso palacio de estilo neomudéjar. Fue construido entre 1913 y 1916 por orden del marqués de Bermejillo del Rey. Desde 1983 es sede del Defensor del Pueblo, tras haber pasado por distintas manos.
A finales del siglo XIX, este barrio estaba considerado como uno de los más aristocráticos de Madrid y, por ello, doña Julia Schmidtlein y García Reynals, que así se llamaba la marquesa, quiso fijar en él su residencia. Imaginó una vivienda con galerías, torres y motivos heráldicos. Al final, le puso hasta gárgolas. El interior no puede tener formas más caprichosas, debido al estuco, material empleado con gran profusión. La marquesa decoró su palacio con una impresionante colección de puertas, cerámicas y maderas.
No sabemos si conocéis la historia del Teatro Real de Madrid. Por eso os proponemos que nos acompañéis en esta actividad. Aunque el proyecto de su construcción se promueve en época de Fernando VII, habrá que esperar a que su hija llegue al trono para que abra sus puertas. Así que nuestro Teatro Real es uno de los edificios del “Madrid isabelino”. Por cierto; ¿sabéis a quién se refería esta coplilla popular del siglo XIX: “Yo era siervo de Isabela, reina constitucional. Hoy ella es una emigrada y yo soy mi majestad”? Pues a la mismísima reina a la que nos hemos referido. Los agudos versos ponían de manifiesto un hecho sin precedentes: la monarquía quedaba abolida e Isabel marchaba al exilio.
Antes de entrar en el edificio, os hablaremos de las circunstancias que rodearon su construcción. También tendremos ocasión de contaros la interesante historia del Teatro, donde personajes como Verdi estrenaron sus obras.
El diez de octubre de 1856, día del cumpleaños de Isabel II, nuestro Teatro de la Zarzuela abría sus puertas, con el apoyo de personas como Barbieri o a Gaztambide apoyaron su inauguración. A partir de entonces, se convirtió en lugar de encuentro de la sociedad madrileña.
Pese a que el edificio ha sufrido algunas modificaciones, es un marco excelente donde poder hablar del “Madrid isabelino”. Por cierto; ¿sabíais que a Isabel II la casaron con su primo, Francisco de Asís, que era homosexual? Cuando la joven reina recibió la noticia, se opuso horrorizada, exclamando: “¡Antes de casarme con Paquita abdicaré o me pegaré un tiro!”. Este particular no había escapado al ingenioso pueblo, que compuso una cruel coplilla, que decía: “Paquito natillas es de pasta flora y orina en cuclillas como una señora”.
Pero os seguiremos comentando el siglo XIX, contándoos la historia del Teatro de la Zarzuela y hablándoos de las anécdotas de sus protagonistas el día de nuestro encuentro. Tras la visita, nos trasladaremos al maravilloso Hotel Ritz, para disfrutar de un chocolate con churros servido en su majestuoso interior. ¿Qué os parece?
Cartas y otros objetos personales de Onetti, las pipas de Ramón Gómez de la Serna y de Julio Cortázar, la dedicatoria que Mario Benedetti escribe a mano a su amigo Juan (Onetti), el esbozo de un poema que anota en la hoja de un hotel o las gafas que olvidó en un restaurante madrileño.
Todos estos objetos evocadores se encuentran en este espacio maravilloso, creado por los argentinos Raúl Manrique y Claudio Pérez. Amantes de todo lo que rodea a la literatura, se hicieron con más de 5.000 piezas, muchas de ellas expuestas hoy en su museo. Tendremos el privilegio de ser guiados por ellos a través de la magia de la literatura. Además, participaremos en el taller “Cómo se hacía un libro”, que desarrolla los conceptos básicos de la encuadernación artesanal y de impresión en una imprenta tipográfica. Podremos armar una frase con tipos de plomo por nosotros mismos e imprimirla. ¡Y llevarnos la impresión a casa!
Si quieres acercarte a la historia de Madrid de una manera diferente, te recomendamos que nos acompañes en esta visita. En ella, prestando especial atención a las artes decorativas, haremos una reflexión sobre la evolución de los valores sociales y de las mentalidades en las distintas épocas de nuestra historia. Así, recorriendo sus salas, veremos cómo eran las casas señoriales del siglo XVII, con la austeridad de los Austrias como protagonista, cómo cambiaron los gustos al entrar los Borbones a nuestro país y cómo eran las residencias madrileñas del siglo XIX.
Pero no solo visitaremos el museo, sino que, aprovechando que tenemos cerca edificios que nos pueden ayudar en nuestra labor de mostraros cómo va evolucionando la sociedad madrileña en los siglos pasados, haremos un pequeño recorrido antes de entrar en el museo.
Por ello, empezaremos con la portada del Museo de Antropología, donde os hablaremos de neoclasicismo. Seguiremos con la fachada del antiguo Ministerio de Fomento, donde os contaremos en qué consiste el eclecticismo y, antes de encaminar nuestros pasos al Museo de Artes Decorativas, echaremos un vistazo a la estación de Atocha, donde hablaremos de modernismo, al fin.